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Algunas personas ven el perdón como un signo de debilidad y sumisión, aunque es más una señal de mucha valentía y amor propio.
Cómo dijo el poeta Alexander Pope: “Errar es humano; Perdonar, divino”. No porque haya un Ser superior que redima nuestros pecados, sino porque nos reconocemos como seres divinos en una ilusión teñida de realidad.
Cuando sanamos y perdonamos nos situamos en un estado de conciencia donde hallamos la libertad.
Veamos qué es exactamente el perdón, qué no es, y qué beneficios nos aporta, además de pautas a seguir para poder perdonar a nivel profundo.
¿Qué es el perdón y qué no es?
Si bien el perdón está definido como “el acto de perdonar”, no es un acto en sí, sino un proceso. Cuando perdonamos, reconocemos y aceptamos el impacto emocional que nos causó el suceso que nos causó dolor para poder tomar una decisión consciente. Decidimos soltar los pensamientos negativos que nos mantienen anclados al pasado y liberamos la carga que nos supone seguir con ellos.
Según el psicólogo Everett Worthington, el cual ha dedicado su carrera a estudiar el perdón y otras virtudes, existen dos tipos de perdón:
El "perdón decisional". Este tipo de perdón implica la decisión de perdonar una ofensa personal y de dejar de lado los pensamientos y sentimientos de enojo y resentimiento hacia la persona que te ha hecho daño. Dicho perdón, dice Everett, es el más importante para reparar y reconciliar las relaciones.
El “perdón emocional”. Dicho perdón implica reemplazar las emociones negativas con sentimientos positivos como la compasión, la simpatía y la empatía. Las investigaciones muestran que el perdón emocional es donde se encuentran la mayoría de los beneficios para la salud.
En cualquier caso, el perdón nace del amor a nosotros mismos que nos lleva a un estado de paz interior que no tiene nada que ver con el suceso o la persona que nos hirió.
“El perdón no siempre es fácil. A veces, el perdonar al que lo causó se siente más doloroso que la herida que se sufrió. Y sin embargo, no hay paz sin perdón.”
Marianne Williamson
El perdón no es…
…esperar la simpatía de la persona que nos ofendió para poder perdonarle. No significa aprobar lo que nos hizo o volver a confiar y seguir con una relación que no queremos, aunque esa persona se arrepienta.
Al perdonar tampoco eximimos a la otra persona de su responsabilidad, sino que somos nosotros quién la ejerce para integrar el aprendizaje que conlleva la experiencia. En dicho proceso, decidimos liberar el rencor y el resentimiento entendiendo que seguir con estos sentimientos no castigará a nadie más que a nosotros mismos. Cómo decía Nelson Mandela: “El resentimiento es como beber veneno y esperar que éste mate a tus enemigos.”
Por otro lado, si “perdono pero no olvido”, puedo mantener una rabia en mi interior con ganas de venganza que lo único que consigue es que siga anclado en el dolor. Nadie nos pide que olvidemos, todo lo contrario, pero los recuerdos se habrán convertido en aprendizaje y sabiduría, y si nos lo permitimos, quizás en nuestro mayor don.
Los beneficios del perdón para la salud
Muchos estudios han señalado los grandes beneficios tanto psicológicos como físicos que tiene el perdón. Vale la pena mencionar algunos de ellos.
Algunos de ellos demuestran que el perdón reduce la ira, la ansiedad y la depresión y aumenta la esperanza para el futuro y la autoestima. “Los efectos negativos para la salud de la falta de perdón están ampliamente documentados, que incluyen, entre otros: estrés, aumento de la depresión y la ansiedad, aislamiento social e incluso salud física comprometida debido al estrés en el sistema inmunológico.”
Por otro lado, como publica la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, “estudios han encontrado que el perdón puede cosechar enormes recompensas para su salud, reduciendo el riesgo de ataque cardíaco; Mejorar los niveles de colesterol y el sueño; y reducir el dolor, la presión arterial y los niveles de ansiedad, depresión y estrés. Y las investigaciones apuntan a un aumento en la conexión entre el perdón y la salud a medida que envejeces.”
Como podemos ver, las consecuencias de perdonar son enormes. Pero para poder hacerlo y que tenga un efecto profundo, primero debemos sanar la herida causada.
«La emoción que puede romper tu corazón es a veces la misma que lo cura…».
Nicholas Sparks.
El método REACH: el perdón a los demás
REACH es un método de cinco pasos para practicar el perdón superando los malos sentimientos que nos dejó la experiencia de dolor y sanar las heridas emocionales.
Recordar el dolor: Este paso trata de recordar el daño que se ha experimentado. Para sanar, es importante enfrentar el hecho de que has sido herido. Es importante ser honesto y claro sobre lo que sucedió, cómo te afectó y tomar la decisión de perdonar sin sentirte víctima ni buscar venganza. Esto ayuda a enfrentar y procesar el dolor.
Empatizar: Este segundo paso requiere intentar entender la perspectiva del otro. Imaginar que la otra persona está en una silla frente a ti y hablar con él o ella y abrir tu corazón. Después, sentarnos en su silla y responder a nuestro yo imaginario que nos ayude a ver sus posibles motivos de lo que hizo. Si no sientes empatía, puedes sentir compasión o amor, lo que ayuda a sanar el dolor.
Altruismo: Implica ofrecer el perdón como un regalo desinteresado. Al igual que nosotros podemos haber herido a alguien y esa persona nos perdonó y nos sentimos libres, este paso puede hacer lo mismo a quién te hirió.
Confirmar: Se trata de tomar una decisión consciente de perdonar y de comprometerse con ese proceso. Una vez perdonado, escribe una carta a ti mismo explicando que perdonaste a esa persona, indicando su nombre. De esta manera harás que el perdón sea duradero.
Aférrate al perdón: Finalmente, este paso se centra en mantener el perdón a lo largo del tiempo. El resentimiento puede reaparecer, por lo que es importante trabajar continuamente en mantener el perdón y recordar el compromiso tomado, escribiendo notas de compromiso con nuestra decisión.
Sea cual sea el proceso, método o terapia de perdón que sigamos, sin duda nos hará más sabios, fuertes, resilientes y empáticos con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos.
El poder liberador de la sanación y el perdón
El perdón es un regalo que nos hacemos como resultado de sanar la herida que nos causó el suceso o persona.
Perdonamos, no porque seamos buenas personas o tengamos un poder especial, sino porque aceptamos que lo que sucedió también habla de nosotros. Si bien podemos sentir ira, tristeza o ganas de venganza, en nuestro interior está la sabiduría y fuerzas necesarias para ver la experiencia con ojos de amor y compasión.
De esta manera dejamos de ser víctimas para volver a la inocencia sin manipulaciones. Y cuando lo hacemos, es porque nos queremos lo suficiente como para soltar el pasado y vivir en paz y armonía interna.
“La verdad es que, a menos que lo dejes ir, a menos que te perdones a ti mismo, a menos que perdones la situación, a menos que te des cuenta de que la situación ha terminado, no puedes seguir adelante.
”Steve Maraboli
Referencias y enlaces de interés:
Kim JJ, Payne ES, Tracy EL. Efectos indirectos del perdón en la salud psicológica a través de la ira y la esperanza: un análisis de mediación paralelo. J Relig Salud. Octubre de 2022; 61(5):3729-3746. doi: 10.1007/s10943-022-01518-4. Epub 21 de febrero de 2022. PMID: 35190955; PMCID: PMC10120569. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10120569/
https://www.hopkinsmedicine.org/health/wellness-and-prevention/forgiveness-your-health-depends-on-it
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